Voto desde el extranjero Habrá un incremento de mexicanos votando desde el extranjero este año, pero el intento sigue siendo un fracaso

Fragmento del mural “México está donde estás tú” de Alexander Tadlock, pintado en Chicago y usado por el INE para promocionar las elecciones de mexicanos en el extranjero.

Véase También: México 2018, la disputa por el poder

Por Víctor Almazán

Migrantes mexicanos que viven en Estados Unidos han sido los primeros en votar en las elecciones presidenciales de México. Su voto no inclinará ninguna balanza pues el número de votantes en el extranjero es muy pequeño, pero puede ser el inicio de una nueva tendencia.

Las elecciones han generado una gran expectativa debido a la posibilidad de que  el bipartidismo que mantiene al país sumido en una gran pobreza, corrupción y violencia pierda las elecciones el próximo 1 de julio.

Se calcula que 88 millones de personas podrán votar en el país. Pero los mexicanos que vivimos fuera de él, tenemos, en los hechos, casi anulado ese derecho plasmado  en la Constitución. Nos encontramos en una situación que los estadunidenses denominan taxation without representation (pagar impuestos sin tener derecho a representación en el gobierno). Según reportes del Banco de México, los migrantes enviaron al país 28 mil millones de dólares en 2017, después de las exportaciones agropecuarias y de la industria automotriz, las remesas constituyen la tercera fuente de entrada de  divisas al país.

Eleazar Sosa, residente de Greenfield partió de su pueblo, Tarejero, Michoacán a la edad de 18 años con destino a California, pero cada año realiza una colecta entre los migrantes originarios de su pueblo que viven en Estados Unidos para realizar el jaripeo en Tarejero. Dice que el hecho de visitar su pueblo y gastar dinero reactiva la economía local. Su esposa Alba Sosa añade que también con apoyo migrante “se hizo la plaza del pueblo, la cancha de basketball…” todo a base de cooperación. “Pero hemos descuidado el voto”.

Después de varios años de demandar poder votar desde el extranjero, el voto extraterritorial de los mexicanos vía postal fue reconocido en el año 2006 y se llevó a cabo por segunda ocasión en 2012. El número de mexicanos que votaron desde Estados Unidos fue de  28,346 en el 2006 y poco más de 29 mil en el 2012. Para esta elección, el Instituto Nacional Electoral (INE) presume que el número de solicitudes para votar se triplicó, y alrededor de 126 mil ciudadanos podrían votar desde Estados Unidos.

Si consideramos que, de acuerdo al Instituto de Política Migratoria, el número de mexicanos viviendo en Estados Unidos de es de 11.6 millones, el porcentaje de mexicanos que votarían se reduce al 1%. Una cifra ínfima.

¿Por qué no votan los mexicanos?

Las razones son varias: algunos mexicanos se han desencantado de las elecciones. En una conversación telefónica con José Sandoval, residente de San José me decía que “la elecciones son un circo, las decisiones las toman las corporaciones, no los ciudadanos”. Sandoval, activista comunitario que defiende los intereses de migrantes en el área de la Bahía se opone al gasto excesivo del gobierno en los procesos electorales, “nosotros también pagamos (las elecciones), mandamos dinero a México. Es un dinero que se debería gastar en otras necesidades”, dijo.

Alba Sosa dice que no votar “es una forma de respeto (a los mexicanos), no estamos allá. No estamos viviendo los problemas que viven allá, pero respeto a los que sí votan. Queremos mucho a México”. Eleazar dice que la información que tiene de las elecciones es poca, “Se de López Obrador, de la señora Zavala, que renunció, antes supe de Vicente Fox y su ‘V’, y me hubiera gustado haber votado por Cuauhtémoc Cárdenas, quien me dio mi título de pasante en la universidad”. Randy Sosa, hijo de Alba y Eleazar se graduó como ingeniero naval en mayo pasado, “nos hemos concentrado en la educación de nuestro hijos” dicen unos orgullosos padres Sosa.

Votar desde el extranjero no es fácil. El requisito para poder hacerlo es tener la “credencial para votar”, la cual es expedida por el INE. Aprovechando un viaje reciente a México obtuve la credencial para votar en un módulo de la ciudad, pues la otra opción es tramitarla en los consulados, pero quise evitar el mal servicio y trato descortés de los funcionarios. El trámite es tardado y complicado, los requisitos son varios documentos que los ciudadanos no tienen en su poder al momento de vivir en Estados Unidos, como el acta de nacimiento, identificación y comprobante de domicilio.

Después de solicitar la credencial en consulados, se tiene que “dar de alta” o “activar”, como las tarjetas de crédito y solicitar ser inscritos en la lista nominal para poder votar. La solicitud es “revisada” por funcionarios del INE y si es aprobada, envían al domicilio del ciudadano las boletas de votación. Lo complicado de éste trámite ha ocasionado que muchos ciudadanos desistan de hacerlo.

Enrique Méndez Flores, residente de Salinas, tenía planeado ir a votar a su natal Mexicali: “Puedo manejar, tengo tiempo. Esa era mi intención”. Pero una persona le pidió orientarlo para inscribirse por Internet, por lo que decidió inscribirse él para conocer el proceso.

“En la solicitud me pedían una dato que no tiene mi credencial para votar: el número de folio”. Habló a números telefónicos que están en la página de Internet del INE. Nadie le contestó. Dos semanas después recibió respuesta de una funcionaria del INE a un correo electrónico que había mandado. Le proporcionaron el número de folio dos días antes de vencer el plazo para registrarse. “¿De dónde lo obtuvieron? “,  se preguntó. Nunca lo averiguó.

Méndez recibió su paquete electoral el 18 de mayo y lo envió pocos días después. Ante las denuncias en redes sociales de migrantes mexicanos de que la dirección a la cual hay que enviar los boletas marcadas con los votos pertenece a una empresa de botanas, Méndez se muestra escéptico. “No tengo confianza en las dependencias (electorales) y eso es grave”.

Pero la gran mayoría de migrantes simplemente no se enteran. El INE sólo realizó 3 eventos en Estados Unidos para difundir el voto, en Los Ángeles, Dallas y Chicago. De acuerdo a su página en Internet, han realizado difusión por las redes sociales y a través de los consulados mexicanos. Pero esto ha sido insuficiente. El plazo para solicitar votar desde el extranjero se cerró el 31 de marzo.

Los migrantes no importan a los candidatos

No sólo los migrantes no están en la agenda del gobierno mexicano, tampoco están en los programas políticos de los candidatos a la presidencia. Ni siquiera son mencionados. Fue hasta el segundo debate realizado en Tijuana, Baja California el 20 de mayo, donde obligados por el tema, se tuvieron que manifestar al respecto.

Andrés Manuel López Obrador, candidato de la coalición “Juntos haremos historia” propuso que los consulados mexicanos se conviertan en procuradurías de defensa del migrante y abogar por sus derechos en la Organización de Naciones Unidas. Ricardo Anaya, candidato de “Por México al frente” fue acusado, días antes del debate, por la organización no-gubernamental Ángeles sin Fronteras de robar su propuesta migratoria, y José Antonio Meade, de “Todos por México” propone seguir haciendo lo que el gobierno mexicano actualmente hace, o sea, no mucho.

Lo que sigue

Por mi parte ya tengo mis boletas. Voy a votar por dos mujeres, una para presidenta y otra para Jefa de Gobierno de la Ciudad de México. No creo en las elecciones por sí mismas. Votar para elegir a un candidato sirve en las democracias consolidadas, pero en las democracias incipientes como la de México votar sirve de muy poco a menos de que el voto vaya acompañado de un gran movimiento social.

Las elecciones en México pudieran generar ese movimiento social para hacer cambios en el país y se vea reflejado en la población mexicana que vive en Estados Unidos. Para ampliar el espectro de mexicanos participando en las elecciones en México se debe resarcir el derecho al voto, y eso no va a ser obra del candidato triunfador en las elecciones, sino de los propios ciudadanos mexicanos que viven  en el extranjero.

“Vamos a tener que tomar cartas en el asunto” dice Enrique Méndez. Votar es un derecho que ha costado muchos esfuerzos, muchas vidas y ha sido una lucha de los pueblos durante mucho tiempo. Es un derecho que debe mantenerse.

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Víctor Almazán

About Víctor Almazán

Víctor Almazán nació en la Ciudad de México, ha colaborado en periódico de México y California, entre ellos The Salinas Californian, El Sol y la célebre El Andar Magazine. Vive en Salinas y le gustan la películas de vampiros. | Víctor Almazán was born in Mexico City and has contributed to publications in Mexico and California, including The Salinas Californian, El Sol and the renowned El Andar Magazine. He lives in Salinas and likes vampire movies.