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El Proyecto de Participación Juvenil de Voces de la Bahía de Monterey es una serie de historias reportadas y escritas por estudiantes de preparatoria y universitarios que describen los esfuerzos en la Costa Central para inspirar y ayudar a mujeres y hombres jóvenes a involucrarse en su comunidad. Lee más aquí.
Por Charlotte West
Traducción: Mariano Vargas
A lo largo de los siete años en que ejerció como profesora de ciencias sociales de preparatoria, Jennifer Elemen pasó infinidad de horas organizando ventas en garajes, rifas y todo tipo de eventos recaudando fondos para que todos sus estudiantes pudieran participar en las excursiones del programa de juventud y gobierno de la YMCA. Recaudar fondos, señala, suele convertirse “en un segundo trabajo” para los profesores.
Ahora, como administradora educativa en la Oficina de Educación del Condado de Monterey, Elemen trabaja para incorporar la educación cívica a los planes de control local y rendición de cuentas de los 24 condados. Estos planes, familiarmente conocidos como LCAP, priorizan aquellos aspectos en los que los distritos escolares consideran necesario invertir recursos y fondos.
La educación cívica que Elemen y sus compañeros del condado de Monterey tienen en mente no es la clase típica de estudios del gobierno en la preparatoria. Buscan maneras de inspirar la participación de los estudiantes, dentro y fuera de las aulas, tanto en la escuela como en la comunidad a la que pertenecen.
“No solo se trata de adquirir conocimientos sobre el gobierno y después esperar hasta que seas (suficientemente mayor),” señala Mark Gomez, especialista en la elaboración de planes de estudio de historia y ciencias sociales para el Distrito de Escuelas Preparatorias en Salinas (Salinas Union High School District), quien colabora estrechamente con Elemen. “El objetivo es que adquieran habilidades como la capacidad de escuchar diferentes puntos de vista desde la empatía para así poder participar en debates orientados a encontrar soluciones.”
Incluir programas de educación cívica en los LCAP es una manera de asegurar que los estudiantes tengan acceso a oportunidades de participación cívica y de que los profesores dispongan de los recursos necesarios para generarlas, añade Elemen. Según un estudio de noviembre de 2020 de la UCLA y UC Riverside, apenas hay personal e infraestructura para promover la educación cívica en California, y solo el 13 por ciento de los distritos escolares mencionan el civismo o la democracia en sus LCAP.
La investigación ha demostrado que la intervención de la juventud y de los jóvenes adultos en la vida cívica de sus comunidades es fundamental para una participación cívica sostenida en el tiempo. “Una educación cívica temprana y continua y oportunidades para que los jóvenes se expresen son clave no solo… para dotarlos de conocimiento y habilidades cívicas, sino también para alentar compromisos cívicos como el voto”, dice Erica Hodgin, directora asociada del grupo de investigación de participación cívica de Riverside y una de las investigadoras del estudio.
Gomez añade que también es importante que las diferentes disciplinas entablen un diálogo entre sí, y que también lo hagan con la vida de los propios estudiantes. “Conectar la enseñanza en el aula con la vida fuera de ella será fundamental,” dijo. “No es algo que se limite a los estudios sociales. Se trata de una cuestión multidisciplinaria que puede y debe ser tenida en cuenta desde una fase tan temprana como la guardería y llegar hasta la universidad, y debe abarcar todas las asignaturas.”
El profesor de inglés podría proponer a los estudiantes que debatieran temas políticos en sus trabajos de redacción, o los profesores de matemáticas podrían plantear tareas sobre estadísticas de participación electoral. Otros ejemplos incluyen iniciativas de investigaciones participativas lideradas por jóvenes, en las que los estudiantes indaguen y propongan soluciones a problemas del mundo real que les afecten.
Una de las principales iniciativas con las que el condado pretende promover las oportunidades de educación cívica es por medio de la implementación del Sello Estatal de Compromiso Cívico, aprobado por la Mesa Directiva de Educación de California en septiembre de 2020. El Distrito de Escuelas Preparatorias en Salinas fue uno de los primeros que adoptó este nuevo sello, similar al Sello de Bilingüismo que se concede a los estudiantes que hablan varios idiomas. Otros estados como Arizona, Georgia, Virginia y Ohio han puesto en práctica iniciativas similares de compromiso y disposición a participar en la vida cívica.
“Esperamos que el sello incremente la visibilidad e importancia de la educación cívica entre los estudiantes para motivar a los distritos y escuelas a incorporar un programa educativo de servicio o un proyecto de acción cívica”, dijo Elemen.
Hodgin, que ha trabajado para implementar el Sello y otras iniciativas de educación cívica, dice que uno de los objetivos es promover la igualdad de acceso en un distrito en el cual alrededor del 70 por ciento de los estudiantes reúnen los requisitos para recibir almuerzos gratuitos o a precio reducido. Los educadores quieren asegurarse de que no solo sean los líderes estudiantiles del gobierno y los que obtienen mejores calificaciones los que saquen provecho de estos programas.
“Hay una brecha en la educación cívica en términos de qué grupo de estudiantes aprovechan mejor este tipo de oportunidades,” dijo Hodgin.
Estudiantes, padres y profesores han participado en la decisión de cómo implementar el sello en diferentes distritos del condado de Monterey. Michael Ndubisi, estudiante de último año en la escuela secundaria de North Salinas, participa en el comité asesor del sello en el Distrito de Escuelas Preparatorias en Salinas. Según escribió en un reciente ensayo en Voces de Monterey, los estudiantes han propuesto proyectos de acción cívica y colaborativa para las clases y la contratación de un coordinador de participación cívica para el distrito.
La puesta en marcha del sello se basará en el trabajo que se ha estado realizando en el condado desde 2016, cuando la mesa directiva votó para incluir la participación en la vida cívica, así como la preparación para la universidad y la carrera profesional, en su declaración de principios. Además, en 2016, la mesa directiva de educación estatal aprobó un marco educativo de historia y ciencias sociales, que fija los criterios básicos para los planes de estudio de las ciencias sociales e historia.
Desde entonces, el condado ha creado infraestructuras para la educación cívica, entre las más destacadas, diversos foros de liderazgo juvenil y eventos para educadores en los que dan a conocer iniciativas dirigidas por estudiantes. Un ejemplo de ello fue el discurso de clausura de la preparatoria de Pacific Grove en la conferencia Juntos por la Igualdad y a finales de febrero, pronunciado por Marianna Zoellin de 16 años.
Otros ejemplos son las campañas en el condado sobre el Censo de 2020, las elecciones de 2020 y la justicia ambiental. La Oficina de Educación del Condado de Monterey se ha asociado con la Universidad Estatal de la Bahía de Monterey para llevar a cabo un proyecto de aprendizaje que permita a los estudiantes obtener horas de aprendizaje de servicio realizando presentaciones sobre cuestiones como el voto o el registro de votantes. Asimismo, el condado también colabora con organizaciones lideradas por jóvenes como La Cosecha, y con los consejos juveniles en Soledad y Gonzales y en la Academia de Soñadores del Valle De Salinas.
Otro ejemplo de los esfuerzos que está haciendo el condado en este campo es la reciente convocatoria del Consejo Juvenil de Liderazgo Climático del Condado, en el que se vinculan la acción cívica y la justicia ambiental. Elemen dice que el condado está trabajando para relacionar el plan de acción climática del condado con el trabajo de justicia ambiental que las organizaciones juveniles ya están llevando a cabo.
Elemen también quiere crear más oportunidades para aquellos estudiantes que todavía no estén involucrados. “Podría haber múltiples posibilidades para que los estudiantes, educadores y miembros de la comunidad se conecten con el proyecto”, ya sea a través de lo que se enseña en clase, en clubes escolares o en actividades extraescolares.
Maddie Gill, estudiante de segundo año en la Escuela York en Monterey, es una de las miembras del consejo del clima. Valora que haya un foro en el condado que dé voz a los jóvenes. La justicia ambiental, dijo Gill, “está presente en todos los aspectos de nuestras vidas.” El consejo lo aborda todo, desde la contaminación y los pesticidas hasta el transporte y la energía.
“Es muy importante que se hayan puesto en contacto (con nosotros), porque inevitablemente, somos los que realmente vamos a sufrir en un futuro la crisis climática en el condado de Monterey,” dijo.
Cuando comience el curso escolar 2021-2022, los estudiantes que pertenezcan al Distrito de Escuelas Preparatorias en Salinas podrán obtener el Sello de Compromiso Cívico. Gomez dijo que los estudiantes podrán conseguir el sello por medio del trabajo con organizaciones externas si son capaces de conectar su labor con el conocimiento cívico y las habilidades que hayan adquirido a partir de dicha actividad. “Participar en grupos comunitarios es parte fundamental de nuestro plan global,” añadió.
Gomez está redactando una propuesta para un plan de educación cívica para el distrito basado en las aportaciones de los estudiantes que forman parte del distrito de preparatorias. Otros distritos en el condado de Monterey están creando sus propios proyectos. Una posible dificultad es conseguir que la administración superior del distrito no solo entienda cómo integrar la educación cívica en los planes de estudio, sino que la apoye de manera explícita en la LCAP del distrito y en los presupuestos, dijo.
Asimismo, el impacto de la educación cívica es más difícil de medir porque su evaluación requiere de algo más que de un simple examen de respuesta múltiple, dijo Gomez.
Además, a menudo se les da prioridad al inglés y a las matemáticas respecto de las ciencias sociales y la historia.
Elemen dijo que esta cuestión será un desafío particular cuando, en una situación post-pandemia, se aborden las pérdidas en el aprendizaje. “Se va hacer hincapié en cómo el aprendizaje profesional puede colmar esas lagunas centrándose en las evaluaciones de matemáticas y lengua inglesa” dijo.
“Hay intereses y prioridades contradictorios que reprimen un planteamiento innovador centrado en rediseñar las escuelas, de tal forma que estos puedan ser un reflejo de las comunidades a las que pretenden prestar servicio.”
Sin embargo, los estudiantes que ya han podido disfrutar de las oportunidades de liderazgo en sus colegios y comunidades aseguran que los beneficios son evidentes. Cuando, en parte por el aislamiento de la pandemia, Zaira Hernandez se unió a La Cosecha el verano pasado se sintió parte y representante de su comunidad. “Me enamoré de la gente y del trabajo”, dijo. “Me integré en un espacio seguro —tan abierto. Estoy tan agradecida de haber encontrado este lugar, especialmente cuando soy consciente de que muchos estudiantes no tienen esta posibilidad.”
Participar en oportunidades de liderazgo también permite aprender cómo funciona el proceso de toma de decisiones. Hernandez dijo que antes de participar en La Cosecha no estaba al tanto de “información básica” como, por ejemplo, qué era un consejo de administración del distrito escolar o quiénes eran sus miembros.
Joshua Gonzalez, de 18 años de edad, estudiante de la universidad de Hartnell, se unió a la Cosecha en 2017. “El sentir que puedes hacer algo respecto a temas que te afecten directamente o con los que te encuentras a diario”, señala, “te hace reflexionar más de lo habitual.”
Sobre Charlotte West
Charlotte West es una periodista independiente que cubre educación, justicia, viviendas y política. Es miembro de la Asociación de Periodistas de Educación y pertenece al Grupo Kiplinger del 2019.
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