Clase trabajadora Ante la legalización de la mariguana en California, ¿tienen oportunidad los pequeños productores independientes?

Por Mary Duan
Traducción de Víctor M. Almazán
Fotos y video por David Royal

(Video en inglés)

SusanCronin Ragsdale sale por la puerta de atrás de su pequeña casa en Del Rey Oaks, hacia el jardín. Hace una pausa para detener a su hermoso siamés llamado MoShou para que no la siga. Camina junto al invernadero donde empezará en unas semanas a cultivar, pasa las abundantes plantas de tomate todavía cargadas con frutos naranjas y rojos, (“Están confundidos con este clima” dice). También pasa el gallinero y sus embudos para sacrificar pollos, los cuales recientemente usó para despachar a su averío más viejo.
Baja por una suave pendiente de tierra — el jardín es grande —  hasta llegar a un conjunto de  cajas de jardín rodeada por una cerca anti-venados a lo largo de la parte trasera de su propiedad.

Aquí es donde, en la primavera, Cronin cultivará cannabis sativa. Ella dice que tendrá sólo pequeñas cantidades de THC ( el componente químico en la cannabis responsable de la euforia — ya sabes — de acuerdo a leafy.com)  y una cantidad más grande de otros cannabinoides.  El cultivo será plantado en marzo, será cosechado en octubre o noviembre y luego Cronin usará técnicas de extracción para hacer tinturas, tés, ungüentos y bálsamos, de la planta y sus raíces, para su uso en el alivio del dolor, el estrés y el insomnio. Para que los vecinos no se molesten con el olor, también plantara una larga hilera de lúpulos orgánicos los cuales actúan como cobertor físico y aromático de la cannabis que ella ha cultivado en este espacio durante los últimos dos años.

“Estoy teniendo suerte aislando el CBG a partir del cáñamo, para el herpes zóster, la artritis reumatoide (y) el dolor crónico. Funciona bien para la inflamación, por lo que será una herramienta más en la caja de herramientas “, dice. “No va a conseguir que te pongas pacheco, pero va a ayudar con muchos problemas.”

De regreso en su cocina, Cronin ofrece a su visitante una taza de té de jengibre y limón, endulzado con un poco de miel de las abejas que mantiene cerca de la línea de la cerca. Entonces me da una botella tras otra de las cosas que ella hace usando la cannabis que cultiva. La Lady Functional Botanicals es su marca del ungüento que alivia el dolor, del tinte que alivia el dolor para ser usado durante el día, un tinte que ayuda a conciliar el sueño y una pequeña botella de lo que ella llama “rayo de sol líquido”, — algo que mejora el estado de ánimo y que no te drogará — todo profesionalmente empacado, con las etiquetas de advertencia necesarias, avisando a los usuarios que no manejen maquinaria pesada durante su uso.

Cronin ha estado vendiendo al mayoreo sus productos al Monterey Bay Alternative Medicine, creando una industria exitosa en el proceso. Pero tener un lugar de venta al menudeo para sus productos podría ser una cosa del pasado. Cuando la legalización total de la mariguana en California para uso recreativo para adultos arrancó el primero de enero, el cambio en las reglas ahora significa rentar o construir un espacio comercial y navegar un molesto y caro sistema de licencias. Sus reglas están contenidas en un documento de 86 páginas llamado Regulaciones de Emergencia para los Productores de Cannabis (emergencia porque el estado no tuvo su ley a tiempo para cuándo entró en función la legalización y tuviera en vigor reglas permanentes. Estas vendrán en unos meses).

Ella podría emprender el proceso, dice, salvo por la carencia de una cosa: financiamiento.  Entre construir o rentar un espacio para manufacturar, obtener el permiso necesario para comenzar y contratar seguridad 24 horas al día para vigilar el lugar, un abogado le dijo que podría gastar hasta $500,000 dólares.

“No puedo poner a mi familia en esa clase de riesgo financiero. No tengo el dinero para saltar los aros que me piden”, dice. “Estoy frustrada porque veo esto como una misión de Dios”.

“Pero lo puedo dar gratis”, añade. “No estoy aquí sólo por el dinero”.

Productos medicinales de cannabis | David Royal

Aunque el trabajo de Cronin comience en su patio trasero, ella no sólo es una guerrera de cannabis de jardín.  Tiene licenciatura en horticultura de Cal Poly, San Luis Obispo,  lee abstractos biológicos por diversión y ha estado inmersa en plantas y ciencia de las plantas la mayor parte de su vida adulta. También estudió medicina china pero la cannabis estaba afuera de su radar porque un profesor le dijo que el único valor que la planta tenía estaba en las semillas, las cuales  tienen grandes cantidades de grasa y son buenas para la digestión.

Hay algo más: “fumé algo de hierba en la universidad y me dio bronquitis, fue así como que ‘guácala’”, dice. Eso la mantuvo fuera de su radar hasta que su quiropráctico le recomendó a finales del 2015 que consiguiera una tarjeta médica y fuera a un dispensario para conseguir aceite CBD para aliviar su dolor de rodilla.  Terminó en Monterey Bay Alternative Medicine, de Del Rey Oaks, y ahí conoció a un graduado de la escuela York llamado Tyler Licata.

Es el coordinador de comercialización del dispensario y víctima de dolor crónico, llegó a la cannabis después de que una vértebra quebrada en su cuello no le fue diagnosticada y ello lo condujo a una adicción de opiáceos con la cual batalló durante años.

Tyler, impulsado a bajar de peso y posiblemente convertirse en un levantador de pesas competitivo, estaba a la mitad de una sesión en el final de su último año de la preparatoria en 2009 cuando escuchó un fuerte crujido.

“Me di cuenta que algo estaba verdaderamente mal”, dice.

El fuerte crujido era su espina cervical C7 fracturándose. En el hospital, al día siguiente, le dijeron que estaba estable y se curaría por sí sola. La curación por supuesto, nunca llegó.

Los que sí llegaron fueron los opioides recetados. Y medicinas contra la ansiedad, píldoras para dormir y estimulantes para contrarrestar los efectos de los somníferos. Y su columna vertebral estaba tan desestabilizada que en unos pocos años sufrió dos fracturas más.
“Empecé a dudar de la vida.  Mi motivación se fue, y el impulso que tuve desapareció debido al dolor”, dice.  “Y es la misma historia para mí y para otros usuarios de opiáceos. La tolerancia empezó a incrementarse e incrementarse y me recetaron más medicamentos y más fuertes contra el dolor. Estaba usando 25 medicamentos diferentes, unos para tratar mi enfermedad y algunos para contrarrestar los efectos secundarios del tratamiento”.

Una sobredosis accidental de medicinas recetadas sirvió como una “gran llamada para despertar”.

“Me estaba convirtiendo en un conejillo de indias para los doctores y estaba a punto de darme por vencido”, dice.  “Pensé que nunca sería capaz de mantener un empleo y pensé que tendría que solicitar seguro de discapacidad”.

Cuando el dispensario abrió, Licata pensó que debería probar la cannabis. Si podía encontrar alivio al dolor y un medio para reducir la ansiedad creada, y la necesidad de opioides, podría valer la pena el intento.  Poco después de convertirse en paciente ahí,  también se convirtió en empleado.

Y  estaba en el mostrador cuando Cronin entró.

Los dos se unieron después de que Licata supo que ella también buscaba alivio al dolor, en su caso, tras un accidente de coche. En poco más de un año en la tienda MBAM, Licata había aprendido cual  cannabinoide podría ayudar a mantenerlo funcional y utilizable, al tiempo que ofrecía un alivio al dolor y la ansiedad. Cronin era una neófita sobre la cannabis con un profundo conocimiento sobre las plantas.

Se encontraron en su casa y comenzaron a planear. Licata hizo una tintura para mostrarle lo que implicaba, y en el transcurso del tiempo, trataron docenas de fórmulas.

“Empezamos a experimentar, tratando de personalizar las mezclas para ser usadas en el día, la noche y algo en medio,” dice. “Hemos reformulado al menos 100 veces antes de llegar a una mezcla que llamamos nuestra mezcla para cualquier momento. Podrías pensar con claridad en ello. No me hizo sentir eufórico, pero me hizo sentir muy normal. Y un día sentí el impulso regresando a mi cuerpo”.

Licata ayudó a Cronin en el lanzamiento de Earth Lady, y dice que los productos se popularizaron en la tienda. Antes del 1 de enero, el dispensario MBAM compró las acciones restantes de Earth Lady, alrededor de $ 10,000 dólares en productos, que tienen permitido vender hasta febrero.

Así es que Earth Lady  — y Cronin y Licata— se encuentran en una zona extraña de la legalización de la cannabis. Las leyes han mantenido a los inversores más grandes fuera del mercado por ahora, debido al menos en parte a la falta de legalización federal, según lo escribió Rosalie Murphy en The Desert Sun. Pero la ley tal como existe ahora hará que sea imposible para los productores y fabricantes más pequeños competir, al menos legalmente. Como escribe Murphy, de los aproximadamente $30 mil millones en el gasto anual de consumo de cannabis, $24 mil millones se gastaron en productos no regulados, de acuerdo con un informe de la firma de investigación basada en Nueva York, Cowen Group.

“Este es el problema. Debido a los sistemas de permisos actuales, literalmente no podemos pagarlos”, dice Licata. “Al imponer límites y sacar a los productos de los estantes, (el poder legislativo) ha hecho un flaco favor al convertirlo en una mercancía más. Eso es lo que quiero que se eche para atrás. Quiero ver a las personas que pueden obtener los permisos, incluso los temporales, a precios accesibles”.

“No deberíamos vendernos para ser una marca”, añade. “Eso nunca fue nuestra intención.”

Cronin parece optimista sobre el futuro, incluso mientras que su capacidad de venta al por mayor ha sido puesto en espera. Ella está preparándose para la llegada de las grandes farmacéuticas en un mercado donde las grandes empresas farmacéuticas tratarán de controlar, porque, como ella dice, cree que la cannabis podría sacarlos del negocio.

En cuanto a Earth Lady?

“No tengo miedo de que no va a funcionar”, dice Cronin.

“Tal vez no este año, pero en el próximo par de años. Mientras tanto, voy a seguir haciendo investigación. Lo que más me importa es el acceso. Quiero que la gente sea capaz de tenerlo y no quiero que estén sin ella “.

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Mary Duan

About Mary Duan

Mary Duan is a Salinas-based journalist and a co-founder of Voices of Monterey Bay. She likes (in no particular order) puppies, the beach and the California Public Records Act.