Una deuda de gratitud Joaquín Ávila ayudó a cambiar el rostro de los políticos en E.E.U.U.

Claudia Meléndez Salinas

Para demostrar el impacto que el abogado de derechos civiles Joaquín Ávila tuvo en el Condado de Monterey, el historiador Ignacio Ornelas cuenta de cómo cuando solía jugar en el parque de Hebbron Heights en el Alisal uno de los empleados de la ciudad lo asediaba. Durante un foro en el Colegio Hartnell, uno de los amigos de Ornelas comentó a su nuevo concejal, Simón Salinas, lo que hacía dicho el intendente.

“Simón no dijo nada, pero un par de semanas después, el intendente se me acercó y que me dice: ¿Por qué me andas aventando a Simón Salinas? así como amenazándome. Simón le había ido a preguntar qué estaba pasando. Eso no ocurria antes por que no teníamos representación política en el concilio de la ciudad.”

Ávila murió el 9 de marzo en Seattle de cáncer, y está siendo recordado en la costa central de California como un “gigante,” un “gladiador,” y un “león.” A nivel nacional, se le ha descrito como padre del derecho al voto en California.

Para algunos, no hay adjetivo suficientemente amplio para describir fielmente el impacto que tuvo en la vida de millones de personas que antes carecían de representación política, no sólo en los condados de Monterey y Santa Cruz — cuna de un caso parteaguas que argumentó en dos ocasiones frente a la Suprema Corte de los Estados Unidos.
“No sólo fue en la ciudad de Salinas, no sólo en el condado de Monterey,” dijo Phillip Tabera, profesor jubilado de la Universidad Estatal de San José. “Es todo el país. Lo que ese hombre hizo fue monumental, y fue en oposición a lo que el Partido Republicano hizo en muchas partes del país para manipular secciones de la comunidad para excluir la participación de las minorías.”

Ávila nació en el sur de California el 23 de junio de 1948, de acuerdo con el Fondo Mexicoamericano de Defensa Legal y Educación, organización a la que se unió en 1975 como abogado. Para entonces había completado su licenciatura en Yale como uno de los primeros mexicoamericanos que lograran admisión en la universidad, y había recibido su título de abogado en Harvard. En MALDEF fue abogado en un caso en la corte de Texas que argumentaba que las ciudades y los distritos escolares eran “jurisdicciones políticas” como se definen en el Acta del Derecho al Voto de 1965, y como tales se debería obtener autorización antes de hacer cambios a sus sistemas de votación.

El trabajo de Ávila llamó la atención de activistas chicanos en Salinas. Un grupo que incluía al fallecido Jesse Sánchez, Tabera, Fernando Armenta y otros estaban involucrados en registrar a la comunidad para votar y llamaron a Ávila para representarlos en su desafío contra la votación por concejales que se hacía en toda la ciudad. Vino a representar no sólo a los mexicoamericanos en Salinas sino también en Watsonville, en donde se estaba pasando por un asunto similar.

Los activistas en Watsonville entablaron un juicio en 1985 y en 1989 la Corte de Apelaciones del 9.༠ distrito de los Estados Unidos ordenó a la ciudad llevar a cabo elecciones por distrito. Adivinando lo que venía, líderes en Salinas decidieron adelantarse y cambiar el sistema para elegir concejales por distrito justo antes que Watsonville ganara su caso, y Simón Salinas fue el primer mexicoamericano electo al concilio municipal de Salinas.

No sería la última vez que Ávila tendría influencia en la política local. Argumentando que la consolidación de las elecciones de las cortes locales en un solo distrito violaba el Acta de Derecho al Voto, Ávila llevó el caso a la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos dos veces para argumentar dos premisas. Ganó ambas veces.

“Lopez vs. Monterey County es tan importante como el caso Miranda, como Fernández v. Texas,” en términos de derechos civiles, dijo Tabera, refiriéndose en el segundo caso a la primera vez que la Suprema Corte de los Estados Unidos decidiera que los mexicoamericanos y otros grupos minoritarios tenían derecho a protecciones bajo la 14ava Enmienda de la Constitución.

Ávila también promovió la aprobación del Acta del Derecho al Voto en California, la única carta estatal similar en la nación.

“Nadie tuvo más logros que él cuando se trata de luchar por representación y poder político para los latinos,” dijo en un correo electrónico Luis Alejo, supervisor del Condado de Monterey. “La mayoría de políticos y jueces latinos ahora en sitios de representación le deben mucho a su trabajo que abrió brechas. La comunidad latina ha perdido a uno de sus más grandes paladines de todos los tiempos.”

Los abogados de derechos civiles Robert Rubin y Joaquín Ávila después de haber argumentado exitosamente ante la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos el 2 de noviembre de 1998. Era la segunda apelación del caso Vicky Lopez v. Condado de Monterey, el desafío contra elecciones regionales para jueces municipales. Foto provista por Luis Alejo.

Debido a que pasó mucho tiempo en el Condado de Monterey, Watsonville y la costa central, muchos llegaron a conocer a Ávila personalmente y lo describen como un hombre humilde con una mente legal brillante.

“Lo conocí como una persona muy generosa, astuta y que puso el futuro de otras personas primero, de otros latinos primero, tal vez en perjuicio de su propia salud,” dijo Blanca Zarazúa, cónsul honorario de México. “Hay causas y hay causas. Hay causas que tienen motor financiero y hay causas que tienen motor histórico. El Acta del Derecho al Voto no es sólo un asunto para latinos y afroamericanos, es un asunto de democracia. A la gente parece olvidársele el panorama global, se les olvida que al proteger a un grupo de personas se defiende a la democracia en general.”

Ávila sufrió una embolia en el 2012 que le afectó su habilidad de movimiento, pero aún así regresó en el 2015 al Condado de Monterey para celebrar el 50 aniversario del Acta de Derecho al Voto. Pasó una semana en celebraciones, hablando con reporteros, y recordando a estudiantes que, dado el establecimiento de los Estados Unidos por una aristocracia que mantenía esclavos, el documento que apenas había sido eviscerado seguía siendo sumamente necesario.

Dando crédito a otros

Cuando el empleado de la ciudad acusó a Ornelas de “aventarle” a Simón Salinas, Ornelas no sabía de la conección del evento con el trabajo de Ávila. Pero después de haber estudiado historia local, Ornelas quiso conocer al abogado legendario, y su deseo de conducir una entrevista a fondo creció después de enterarse de la embolia de Ávila. El historiador pudo pasar tres días con Ávila en Seattle en el 2012 para grabar su historia. Descubrió que Ávila nació actualmente en el Este de Los Ángeles y no en Compton, como se ha reportado ampliamente. Es lo que Ávila le dijo, dice Ornelas.

Al hablar del trabajo que hizo en los condados de Santa Cruz y Monterey, Ávila se mostraba ansioso por dar crédito a los activistas que hicieron posible su trabajo:Daniel Dodge, Juan Oliverez, Tabera, Armenta, Sánchez.
“Joaquín nunca se tomó todo el crédito,” dijo Ornelas. “Esta es un historia más grande para una generación de chicanos jóvenes que aprendieron a regresar a sus comunidades a través de su militancia en el movimiento chicano, y fue esa militancia lo que los puso en contacto con Joaquín en San Antonio.”

A pesar de que su movilidad estaba limitada, su mente seguía tan aguda como siempre, y su pasión por el derecho al voto aún insaciable.

“Todavía podías oír en su mente cómo se sentía sobre la falta de representación de la población mexicana. Cada minuto del día se la pasaba pensando, litigando, investigando todo lo relacionado con su profesión de derecho al voto,” dijo Ornelas. “Es el tipo de abogado dedicado y apasionado que fue por el derecho al voto en todo Estados Unidos y el oeste. Le debemos una deuda de gratitud.”

A Ávila le sobrevive su esposa Sally, sus hijos Joaquín, Angelique y Salvador, su hermano Jaime, su sobrina Cecilia, y sus sobrina-nietas Somer y Cheyana. Defensores de los derechos civiles en Salinas y Monterey están buscando la forma de rendirle homenaje en un futuro cercano.

Claudia Meléndez Salinas

About Claudia Meléndez Salinas

Claudia Meléndez Salinas is an author, journalist, open water swimmer, and cat lover. | Claudia Meléndez Salinas es autora, periodista, nadadora de aguas abiertas, y aficionada a los gatos.