Información sobre disponibilidad de las vacunas no está llegando a quienes las necesitan

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Por Josefina Cabrera-Moreno

Ahora que comenzó la vacunación en el condado de Monterey a los adultos mayores de 75 años, vimos con júbilo  la posibilidad de que nuestras personas mayores estén más protegidas.

Entré a mi Facebook hace pocos días y lo primero que vi fue que una de mis amigas compartía la página del Departamento de Salud y daba un link para inscribirse para la vacunación que se abrió el 26 de enero.

Inmediatamente ingresé para hacerle la cita a mi esposo pero me di cuenta de que en el hospital de la ciudad de Monterey ya no había. Recurrí entonces al link del hospital del Natividad Medical Center de la ciudad de Salinas y encontré cita. De hecho, Salinas está más cerca de Soledad que la Península de Monterey, así que sería mejor.

No me decidía si hacer también cita para mi papá puesto que su médico nos había comentado que no tardarían en llegar las vacunas a su clínica. Finalmente, entré al sitio pero ya no había ninguna en el Natividad. Mi otra opción fue el Mee Memorial Hospital en la ciudad de King City.

Envié un mensaje a varias amigas y familiares para que pidieran las citas para sus padres. Algunos tuvieron suerte, otros no.

¿Suerte? ¿Acaso será cuestión de suerte? No debería ser así. La mayoría de nuestra comunidad hispana y campesina adulta no recurre a internet. En la página de internet de la Administración Nacional de Telecomunicaciones e Información, de la Secretaría de Comercio de Estados Unidos indican que la barrera del idioma y los patrones de inmigración estaban asociados con las tasas más bajas de uso de internet. En la misma página se da a conocer que solo el 65% de las personas mayores de 65 años usan el internet.

Además, es poco probable que la mayoría de nuestros jóvenes sigan la página del Departamento de Salud para estar atentos de sus anuncios del día y de los sitios de vacunación contra el COVID-19.

Hablé entonces por teléfono con un familiar para saber si había hecho cita para su mamá, de muy avanzada edad. Me contestó que no, que “todo estaba full”. Ella me dijo: “Es que esto es para personas que entran seguido a internet y para personas que quizá tienen conexiones, lo que quiere decir que personas como yo no vamos a tener una cita pronto para nuestros padres”. Tiene razón. Quizá algunos de ellos ni se enteraron que existió esa posibilidad de hacer una cita.

En el portal del Departamento de Salud del condado de Monterey se informa que ya que “… los trabajadores de salud y las personas mayores de 75 años comparten el mismo suministro de vacunas… habrá tiempo de espera para hacer citas. A menos que haya suministros adicionales de vacunas disponibles, podría tomar de cuatro a cinco meses administrar las vacunas a todos los residentes del condado mayores de 75 años”.

Para su vacunación, mi esposo y yo decidimos ir temprano a la cita. El día anterior había llovido intensamente y hasta la carretera 101 estuvo cerrada por momentos. Él no quería correr el riesgo de perder la oportunidad de vacunarse. Llegamos muy temprano al Natividad.  Con el fin de estar seguros de que nos encontrábamos en el sitio preciso en que se nos atendería, estuvimos estacionados durante media hora  frente a él. No vimos salir ningún hispano, solo blancos y personas con apariencia asiática.

Como faltaba mucho tiempo para la cita, decidimos ir a comer y hacer algunas compras. Regresamos media hora antes de la cita y tras ese lapso, mi esposo recibió felizmente la vacuna de Moderna. Pidieron que esperáramos de 15 a 20 minutos antes de retirarnos. Durante ese tiempo, no vimos ninguna cara morena. No sé si fue por simple coincidencia el hecho de encontrarnos con blancos y asiáticos solamente.

El 29 de enero, la CNN reportó que en Nueva York doctores y miembros de un barrio predominantemente hispano denunciaron que la mayoría de las personas que han sido atendidas en un centro de vacunación masiva establecido en ese vecindario, son blancas o viven fuera de la ciudad.

Como latinos, a veces es difícil ver estas diferencias y no pensar que exista una preferencia hacia cierto grupo étnico en el Condado de Monterey o solamente se trate de una mala planeación de comunicación para la comunidad hispana. Cabe recalcar que es la población latina la que más está sufriendo los estragos del COVID-19. Según el Departamento de Salud, el  71 por ciento de las hospitalizaciones por COVID-19 en el Condado de Monterey son entre latinos, a pesar de sólo ser el 60 por ciento de la población del condado.

Quiero descartar que se trate de discriminación premeditada, pero insisto en el deber de que nuestra gente puede estar mejor informada por medio de radio y televisión y no tanto por internet. Ruego que se planifique la estrategia que permita dar a conocer la información de los centros de vacunación y de las fechas para las citas. Y de que exista otro método de como inscribirse a las vacunas, no sólo por internet.

Protejámonos todos, independientemente de circunstancias relacionadas con las características de los grupos sociales. Derrotemos con nuestro esfuerzo conjunto esta pandemia.

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Josefina Cabrera-Moreno

About Josefina Cabrera-Moreno

Josefina Cabrera-Moreno, licenciada en Periodismo, maestría en Español y diplomada en Migración y Derechos Humanos, vive en Soledad, California.