Navegadoras En la lucha contra el COVID-19, las latinas destacan por su liderazgo

El padre de Adriana Molina murió a causa del coronavirus en septiembre. Junto a Mujeres en Acción se ha dedicado desde marzo a distribuir información sobre COVID-19 en el condado de Monterey | Foto por Claudia Meléndez Salinas

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By Claudia Meléndez Salinas

Le llevó a Adriana Molina casi 20 años de vivir en Estados Unidos antes de que se atreviera a salir de la seguridad de su hogar e involucrarse en la comunidad. Para cuando la pandemia sacudió al mundo como la falla de San Andrés sacude a California de vez en cuando, Adriana llevaba cuatro años de compromiso cívico.

A través de la organización Mujeres en Acción, Molina comenzó promoviendo información de cómo y dónde se podían hacer las pruebas del COVID-19. Después, donde se podían conseguir recursos: despensas, tarjetas para comida, para pagar la renta, cualquier cosa que pudiera ayudar a la comunidad. Cuando comenzaron a llegar fondos monetarios para las familias indocumentadas, también ayudó a difundir esa información.

Un día, su papá le dijo: yo no sabía que te gustaba hacer este tipo de trabajo. Nunca dejes de hacerlo.

Esas palabras resuenan en su mente cuando quisiera darse por vencida. Después de casi diez meses de estar lidiando con la pandemia, y a cuatro meses que muriera su papá — de ellas saca fuerzas para continuar con su labor organizativa.

“Me cuesta hacer lo que hago,” dice Molina, inmigrante de Nayarit, México, y madre de cinco hijos. “Hay gente que me cuenta por lo que está pasando y es lo mismo que yo viví o estoy viviendo; y yo soy la que le estoy dando aliento. Hay que ser fuertes porque hay que ayudar a más personas que necesitan nuestro apoyo. Y cuidarnos y todo, es lo que estoy haciendo. Siendo que en todo lo que estoy haciendo mi papá está diciendo, “Muy bien, que bueno.”

Para todos aquellos que nos las pasamos “doom scrolling” (buscando noticias negativas) en las redes sociales y vemos que la gente super aislada está desesperada por encontrar ocupaciones creativas — horneando panecitos, armando rompecabezas, limpiando sus closets — es difícil a veces darse cuenta de que el mundo ha seguido girando para miles de gentes. Personas como trabajadores esenciales en los hospitales, en las tiendas, en los campos, no han tenido el lujo de quedarse en casa durante el confinamiento forzado.

Tener que trabajar para pagar la renta es una cosa. Pero existe otra clase adicional de trabajadores de la pandemia: los voluntarios que se la pasaron distribuyendo comida, información, y otros servicios que no son fáciles de accesar para las gente común y corriente. En esta categoría entra Molina y sus compañeras de Mujeres en Acción, quienes emergieron como fuerza organizativa para combatir los efectos de la pandemia entre la comunidad.

Después de miles de llamadas a personas afectadas por el COVID-19, las mujeres de Mujeres en Acción presentaron a la mesa de supervisores un programa piloto para ayudar a contener la pandemia – la cual ha devastado a la comunidad latina. El programa fue aprobado en diciembre, y está en proceso de establecerse en este mes.

“Algo que está brillando fuertemente es que hay mucho liderazgo dentro de nuestra comunidad latina dispuesta a aceptar el desafío de buscar soluciones a sus necesidades” Rosamaria Soto, analista del Condado de Monterey

La función básica del programa de trabajadoras comunitarias de la salud es ayudar a las personas más afectadas con COVID-19 a ayudarlos a navegar la burocracia de servicios. Dónde encontrar alimentos. Dónde encontrar ayuda para pagar la renta. Si hay que aislarse, a quién pedirle ayuda.

No sorprende que hayan sido mujeres latinas – miembros de la comunidad más afectada por la pandemia — quienes se organizaron para responder a las necesidades más urgentes de la comunidad.

“Algo que está brillando fuertemente es que hay mucho liderazgo dentro de nuestra comunidad latina dispuesta a aceptar el desafío de buscar soluciones a sus necesidades,” dijo Rosamaria Soto, analista del Condado de Monterey.  “De todas las piezas en este programa, el más importante son las personas que hacen el trabajo de campo.”

Mujeres en Acción comenzó en el 2015 con la idea de ayudar a latinas inmigrantes a alcanzar su potencial económico. Las Mujeres tienen cuatro grupos – en Castroville, Salinas, Greenfield y Soledad — y hasta antes de la pandemia se reúnian una vez por semana para ayudarse mutuamente a crear metas y apoyarse para vencer obstáculos. Cuando el COVID-19 se desató en la comunidad, Mujeres redobló reuniones y comenzaron a llover ideas de cómo ayudar a la comunidad. Fue a través de foros de información, juntas y más juntas que diseñaron un programa para ayudar a la comunidad.

“Sabiamos que teniamos que hacer algo y hasta que nos pusimos de acuerdo con lo que estábamos aprendiendo, nos dimos cuenta de la necesidad de que el condado invirtiera más en este problema, que esto no iba a parar hasta que todos estuviéramos trabajando juntos,” dijo Maria Elena Manzo, administradora de Mujeres en Acción. “En noviembre le presentamos una propuesta al (Supervisor Luis) Alejo que se necesitaban aislar (los afectados) que tenemos que darles los medios para que se queden en casa. No podemos decir “Quédate en casa y arréglatelas como puedas.”

Parte del problema ha sido es que no hay un lugar central de información. Una persona que se enferma de COVID-19 tienen que hacer docenas de llamadas durante horas para poder encontrar lo que necesita. El programa piloto busca cerrar esa brecha de información y más. Las trabajadoras comunitarias de la salud que se estarían contratando, como Adriana Molina, ayudarán a los participantes a “navegar” el sistema. Estas trabajadoras comunitarias ayudarán no sólo con llamadas, sino con ayudas concretas como entregas de comidas para evitar que las familias afectadas salgan de sus casas.

“A pesar de que había recursos, (los afectados) necesitaban alguien para ayudarlos a navegar”, dijo Manzo. “No son fáciles de acceder para personas comunes y corrientes.”

Los padres de Molina llegaron a Estados Unidos en el 2000, cuatro años antes de que ella llegara. Desde el principio se dedicaron a trabajar en el campo, en el cultivo del camote que predomina en esa área del Valle Central de California.

Cuando comenzó la pandemia, Molina trató de convencer a sus papás que se mudaran con ella para que no tuvieran que salir y exponerse al virus. Pedro Molina, su papá, se negó.

“La decisión de seguir trabajando no es ni tuya ni mía,” él le dijo. “Nunca me ha gustado sentirme ser como carga para nadie, sería más el gasto déjame aquí, yo con lo que gano pago mi renta mi comida.”

Después de no ver a su hermana por años, Molina decidió visitarla en Virginia. El día que voló le habló a su papá y no le contestó. Insistió pero nunca le respondió. Después se enteró que lo encontraron inconsciente en su cuarto y la ambulancia lo tuvo que llevar al hospital, donde duró 3 semanas. Pedro Molina murió el 12 de septiembre, sin volver a ver a nadie de su familia.

“Yo le decía no salga… pero trabajaba 10 horas al día. En el campo era el único lugar en que se involucraba con la gente,” dijo Adriana Molina. “Los jóvenes piensan que (el virus) no los afecta, pero si afecta a otras personas. Eso creo que fue lo que le pasó a mi papá. Una persona irresponsable allí pensó que no le iba a pasar nada, pensó ‘yo estoy joven, estoy saludable,’ pero a mi papá sí le pasó.”

Molina considera que el programa de trabajadoras comunitarias de la salud hará la diferencia y ayudará a evitar muertes innecesarias de trabajadores del campo. Eventualmente, se espera que también sirva de modelo para poder dirigirse a otros problemas.

“Una vez que esté establecido y que se esté ayudando a la gente que lo necesita, y que la pandemia se haya acabado, creo que podemos ver un programa de trabajadoras comunitarias de la salud para aliviar otros problemas”, dijo Soto. “Las trabajadoras de la salud son mensajeros de confianza, son personas que tienen relaciones con la comunidad y estos líderes pueden tener un impacto positivo en la comunidad.”

Recursos de COVID en el Condado de Monterey: 

Línea de información general: 211

Línea de información sobre el COVID del COndado de MOnterey : 831-769-7600

Para inscribirse a la línea de información WhatsApp: 831-320-0864

Línea de información del Coronavirus del Sistema de Salud Salinas Valley Memorial: 831-755-0793 

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Claudia Meléndez Salinas

About Claudia Meléndez Salinas

Claudia Meléndez Salinas is an author, journalist, open water swimmer, and cat lover. | Claudia Meléndez Salinas es autora, periodista, nadadora de aguas abiertas, y aficionada a los gatos.