“Queremos recuperar nuestra patria” La Nación Ohlone Costanoan Esselen está más cerca que nunca de recuperar parte de sus tierras

Por Claudia Meléndez Salinas
Traducción: Víctor Almazán

Si alguna vez te has sentado junto a una fogata, poniendo al fuego bombones o malvaviscos y contando historias, tal vez puedas evocar un poquito lo que Louise Miranda Ramírez quiere recuperar. Allí, bajo las estrellas que han visto el paso de los siglos casi sin sufrir cambios, Ramírez y los miembros de su tribu, la Nación Ohlone Costanoan Esselen (OCEN, por sus siglas en inglés) podrían volver a unirse como una familia, como un grupo que ha sobrevivido a generaciones de convulsiones culturales, sociales y económicas, de pobreza y trauma.

Por supuesto, los miembros de OCEN se sientan alrededor de fogatas durante su reunión tribal anual, pero no se reúnen en su propia tierra, un elemento que Ramírez cree que es esencial para restaurar lo que mantiene a la tribu como un todo.

“Tener tierra lo hace todo mucho más fácil”, dijo recientemente Ramírez, presidente de la Nación Ohlone Costanoan Esselen. “¿Por qué? Porque puedes sentir que nadie va a venir a sacarte de ella. Puedes hablar, cantar, hacer lo que necesitas hacer y no preocuparte de que la gente te pregunte ‘¿Por qué estás haciendo eso?’”.

Es la diferencia entre rentar y ser dueño.  

Y después de décadas de defensa, reuniones y luchas, la Nación Ohlone Costanoan Esselen está más cerca que nunca de recuperar parte de su propia tierra.

El terreno en cuestión es una parcela de 84 acres frente al Aeropuerto Regional de Monterey, en el lado sur de la autopista 68, conocida como la parcela Hiss en Tarpey Flats. El financiamiento para comprar el terreno fue autorizado en noviembre por la agencia de Conservación Costera de California, y el fideicomiso Big Sur Land Trust cerró el depósito de garantía del terreno en abril.

El terreno fue adquirido presuntamente con fines de conservación y preservación. Originalmente estaba a la venta para desarrollo residencial y comercial, y un estudio preliminar de viabilidad de urbanización fue completado en febrero de 2021, el cual delineó un plan para construir hasta 37 residencias unifamiliares.

Dada su ubicación, entre el Monumento Nacional Fort Ord y la Reserva Forestal de Coníferas de Monterey, presentaba una oportunidad para ampliar un corredor de vida silvestre, sin mencionar la importancia de sus humedales para prevenir inundaciones río abajo. Big Sur Land Trust se acercó al vendedor y, después de varios años de conversaciones, acordaron un precio.

“Debido a las áreas protegidas circundantes, pensamos que era una buena oportunidad de conservación”, dijo Rachel Saunders, directora de conservación de Big Sur Land Trust. “Trabajar con los propietarios fue maravilloso, luego pusimos precio a la propiedad y conseguimos el financiamiento”.

La mayor parte del financiamiento proviene de una subvención de 2.75 millones de dólares de la agencia Conservación Costera de California. La conservación de las 84 hectáreas significa que se preservará una parte importante de la cuenca hidrográfica de Canyon Del Rey, con su parte de “humedales, hábitat ribereño, pastizales perennes y anuales, bosques costeros de robles, pequeñas parcelas de chaparral marítimo y bosque de coníferas de Monterrey”, según el comunicado de prensa. 

Como parte de su resolución, la agencia de conservación costera estipuló que la propiedad “será administrada y operada para la conservación de los recursos naturales, culturales y tribales de los nativos americanos de California, la conectividad del hábitat, el acceso de las tribus de nativos americanos de California y el acceso del público”.

En los últimos años, el estado de California ha hecho un esfuerzo para crear oportunidades para que los indígenas nativos americanos tengan acceso a sus tierras ancestrales, dijo Saunders. El tipo de acceso está en un espectro: algunos quieren recuperar la tierra, otros están menos interesados ​​en ser dueños, pero quieren acceso para celebrar ceremonias.

Habiendo construido una relación con OCEN mientras trabajaba en el desarrollo del Parque Comunitario Ensen en Salinas, el fideicomiso Big Sur Land Trust se acercó a Ramírez y a OCEN para trabajar en este proyecto, dijo Saunders.

“Los contactamos para ver si tenían algún interés en que la tribu accediera a esta propiedad, por lo que hemos tenido muchas conversaciones sobre ella”, dijo. “Fueron muy solidarios en la audiencia ante la agencia Coastal Conservancy; Louise hizo una declaración en apoyo de la adquisición”.

Movimiento de devolución de tierras

El movimiento indígena por la devolución de tierras está en su apogeo en California. En noviembre, el Departamento de Pesca y Vida Silvestre transfirió más de 40 acres del histórico criadero de peces Mount Whitney en el condado de Inyo a la comunidad indígena de Fort Independence, una de las cuatro tribus Paiute del Valle de Owens. La transferencia no involucró dinero y marcó la primera vez que el Departamento de Pesca y Vida Silvestre restituyó tierras a un grupo indígena.

En marzo, la Universidad de Berkeley anunció un acuerdo para devolver al pueblo Ohlone un estacionamiento construido sobre un terreno tribal sagrado, un sitio de 2.2 acres que albergó a una aldea hace unos 5,700 años.

Recientemente, el gobernador de California, Gavin Newsom, anunció el apoyo del estado a la devolución de más de 2,800 acres de tierras ancestrales a la Nación Indígena Shasta, una de las mayores devoluciones de tierras en la historia del estado. La tierra dará a los indios Shasta acceso a sus sitios ceremoniales, incluido el sitio de su Primera Ceremonia del Salmón, que consideran fundamental para la salud espiritual y emocional de su Nación.

“Esta ceremonia no se ha celebrado desde que se expropiaron las tierras para la construcción de la presa Copco, hace más de 100 años”, afirmó la presidenta de la Nación Indígena Shasta, Janice Crowe, en un comunicado de prensa. “Esto es transformador y el comienzo de una justicia restaurativa para nuestro pueblo”.

Newsom ha sido un entusiasta defensor del movimiento de recuperación de tierras y de los derechos de los nativos americanos, comenzando con una disculpa formal en 2019 que también estableció el Consejo de la Verdad y la Reconciliación para explorar la relación histórica entre las tribus nativas y el estado de California. El objetivo es aclarar las cosas “en el espíritu de la verdad y la reconciliación”.

Además, ha vinculado el Programa de Soluciones Tribales Basadas en la Naturaleza (que recientemente otorgó 107.7 millones de dólares para apoyar la devolución de aproximadamente 38,950 acres de tierra a las tribus indígenas de California) con la iniciativa 30×30 para conservar el 30 por ciento de las tierras y aguas costeras de California para 2030. Dos tribus de la zona de la Costa Central, los Amah Mutsun y los Esselen, se están beneficiando de ella.

“Les doy crédito a los jefes de agencias de recursos naturales de la administración Newsom por enfocarse en trabajar para establecer relaciones adecuadas con los pueblos nativos de California”, dijo Saunders. Estos esfuerzos se han traducido en programas de subvenciones que apoyan el trabajo de entidades de fideicomiso de tierras alineadas con las tribus.

“Hemos estado en relación con algunas de las tribus locales durante nueve años”, dijo Saunders. “De una forma u otra, ha habido financiamiento público que ha permitido apoyar parte del trabajo que queríamos hacer”.

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La calle Monterra conduce a casas de varios millones de dólares en el límite de Monterey y Del Rey Oaks. A medida que se aleja de la autopista 68, corta la parcela Hiss en su límite más oriental. La parcela, demarcada por la autopista 68, es fácilmente accesible y aislada, al mismo tiempo. Una vez que la encuentras, no hay estacionamiento ni senderos, no hay forma de explorarla más allá de los límites.

Pero su belleza se puede apreciar incluso desde la periferia. Ofrece la serena calidad de una naturaleza casi intacta, con copas de árboles cubriendo alfombras de hierba, pájaros que cantan y otros bichos que corretean por ahí. Casi podrías olvidar que estás a unos pasos del aeropuerto si no fuera por los notables despegues y aterrizajes.

Ramírez, cuyo objetivo final es recuperar el reconocimiento federal para su tribu, tiene grandes sueños para esta tierra. No tiene servicios (ni agua corriente, ni electricidad), pero tiene árboles, pantanos e insectos. Podría albergar un centro para que los miembros de la tribu se reúnan, estén juntos y se conozcan entre sí, para aprender más sobre quiénes son como pueblo, algo que les fue arrebatado, junto con la tierra misma y sus tradiciones:  el tejer cestas, confeccionar cuentas, hablar su propio idioma.

“Lo que tenemos que hacer es aprender a cuidar la tierra. Hay muchas plantas nativas ahí y queremos asegurarnos de conservarlas. En el caso de los robles, debemos asegurarnos de que no mueran repentinamente”, dijo Ramírez.

Va a tomar tiempo para que la tierra se transfiera a la Nación Ohlone Costanoan Esselen, dijo Saunders del fideicomiso Big Sur Land Trust.

“OCEN podrá realizar ciertas actividades en el terreno: reuniones, oportunidades educativas, promoción de recursos culturales, plantar jardines de importancia cultural especial y tener acceso controlado a la propiedad”, dijo.

“En última instancia, cuando llegue el momento en que estemos listos y OCEN esté lista, la agencia de conservación costera tendrá que aprobar la transferencia”.

Cuando OCEN esté lista para construir una pequeña estructura en el terreno, deberá ser aprobada por la agencia de conservación y las autoridades locales: la ciudad de Monterey.

“Es difícil saber cuánto tiempo puede llevar esto”, dijo Saunders. “Queremos que esto sea un éxito, queremos que la tribu tenga éxito aquí y asegurarnos de que tengan lo que necesitan para asumir la propiedad de la tierra y todas sus responsabilidades, por lo que esperamos ayudar en el proceso y ayudarlos a concluirlo”.

Ramírez no es ingenua en cuanto a los obstáculos que tiene por delante: no es nada que no haya enfrentado antes. Pero es una corredora de maratones, no una velocista. Es una ultra maratonista. Lo que la motiva es imaginar llegar a la meta, saborear el momento en que su gente pueda reunirse en su tierra ancestral. En sus propios términos.

“Hay muchas maneras de enseñar a los jóvenes sobre nuestra cultura. Tengo un juego para aprender palabras de acción (Esselen) a través de farsas. Y hacemos juegos de bingo. Sentados alrededor del fuego por la noche contando historias; enseñando a los jóvenes sobre el respeto. Sobre honrar a los mayores y apoyarlos, como solíamos hacer, y simplemente dejar que cualquiera que tenga esa historia hable. Siempre y cuando se acostumbren a aprender unos de otros, todos son amigos y familia que recuperan las cosas básicas. 

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About Claudia Meléndez Salinas

Claudia Meléndez Salinas is an author, journalist, open water swimmer, and cat lover. | Claudia Meléndez Salinas es autora, periodista, nadadora de aguas abiertas, y aficionada a los gatos.