Un Lugar Seguro Las escuelas siguen siendo unos de los lugares más seguros para los niños. Para hacerlos más seguros, se requiere invertir tiempo y desarrollar relaciones

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Por: Marielle Argueza

Fotos: Claudia Meléndez Salinas

Traducción: Gabriela González

Uvalde, Texas, está a más de 1,500 millas de distancia de la casa de Alma Loredo en Salinas. Pero ella, como tantos otros padres, sintió una profunda tristeza y preocupación por la seguridad y la angustia mental causada por el tiroteo masivo que mató a 19 niños y dos adultos en la ciudad fronteriza.

Al escuchar la noticia, recuerda abrazar a sus hijos y llorar. “Hubo muchas lágrimas”, dijo Loredo, madre de dos hijos.

El momento la sacudió, pero pasó. Como madre organizadora de Padres Unidos, un grupo de defensa con sede en Salinas, Loredo sabe que está en una posición única para efectuar cambios para que las escuelas sean más seguras. Durante años, ha estado ayudando a los padres locales a involucrarse más en la responsabilidad y defensa de las escuelas locales. Ella entiende que la seguridad se construye con el tiempo.

Ella también entiende que, por aterradores que sean los tiroteos masivos, siguen siendo un evento poco probable. Incluso en los estados donde el homicidio es la segunda causa principal de muerte entre los jóvenes de 2 a 18 años, menos del 2% de esas muertes ocurren en los campus, o en camino hacia y desde eventos patrocinados por la escuela, según datos recopilados por los CDC y el Sistema de Vigilancia de Muertes Violentas Asociadas a Escuelas de 1994-2018. De los incidentes que ocurrieron en o alrededor de las escuelas, el 90% involucró a una sola víctima. En incidentes que involucran a múltiples víctimas, el 95% de las lesiones estuvieron relacionadas con armas de fuego.

El CDC (Centros de Control y Prevención de Enfermedades) atribuye la disminución de los tiroteos relacionados con las escuelas a una mayor conciencia de la violencia juvenil como un problema de salud pública. Esto significa que las escuelas de todo el país están haciendo lo que muchas escuelas del Condado de Monterey han estado haciendo: estar más en sintonía para abordar temas como la salud mental e involucrar a la comunidad en la configuración de los entornos escolares.

La mayor parte del trabajo de Loredo gira en torno a lograr que los padres participen en el Plan de Responsabilidad de Control Local, o LCAP, un modelo que todas las escuelas públicas de California utilizan para delinear sus visiones, planificar sus metas y asignar sus recursos. Tal vez debido a la pandemia, o debido a años de conversaciones en curso sobre la necesidad de más apoyo social y emocional, uno de los aspectos más destacados del LCAP 2021-2022 para el Distrito Escolar Alisal es el aumento de fondos para recursos de salud mental para estudiantes.

“Había una preocupación real este año porque los niños no habían estado en un salón de clases ni cerca de otros durante un año”, dijo. “Ahora se destina más dinero que nunca a esos recursos”.

Es importante aumentar el presupuesto en torno al apoyo socio-emocional, no sólo en términos de ayudar a los niños a adaptarse al refugio en el lugar, sino también como una herramienta preventiva. “La seguridad escolar es más que sólo policías en el campus”, dijo Loredo. “También se trata de manejar el estrés y la ansiedad y repensar los roles de todos los involucrados en la escuela para que los niños puedan tener un sentido de confianza”.

Asignar o enfatizar la salud mental en los campus es cada vez más una mayor prioridad presupuestaria para las escuelas locales en todo el condado. Durante años, el Distrito Escolar Unificado de Escuelas Secundarias de Salinas ha estado planeando construir centros de bienestar para cada campus. Dos se abrieron en abril de este año, con otros dos programados para la construcción el próximo año.

En el Distrito Escolar de Primarias de la Ciudad de Salinas, el alcance y el fácil acceso a los recursos son tan importantes como la expansión de los servicios. Según la directora de la Escuela Primaria El Gabilan, Esabel Cervantes, el uso de los servicios de consejería y salud mental ha aumentado. Desde la pandemia, alrededor de 50 a 60 estudiantes, que representan un poco más del 10% de la población estudiantil de la escuela, ahora utilizan regularmente los servicios de asesoramiento.

Cervantes agrega que la seguridad en las escuelas no es sólo una respuesta instintiva a las emergencias o las secuelas de las noticias que aparecen en los titulares. Toma tiempo. Los estudiantes de Gabilan pasan por el entrenamiento ALICE (Alerta, Confinamiento, Información, Contrarrestar, Evacuación) o entrenamiento de tirador activo y al menos dos simulacros de confinamiento: la cantidad requerida por el estado. El Distrito Escolar Primario de la Ciudad de Salinas, (SCESD, por sus siglas en inglés), como el Distrito Escolar Alisal, tiene consejeros en las escuelas y un equipo de psicólogos que trabajan directamente con el distrito.

Cervantes explicó que también existen varios controles informales de salud mental. Los maestros y el personal están capacitados para buscar signos de angustia y utilizar un sistema de evaluación de emociones apropiado para la edad. “Si un estudiante se marca a sí mismo con rojo, está enojado y frustrado”, dijo Cervantes. Ahí es cuando el personal de la escuela tiene suficiente evidencia para activar una respuesta que incluye consejería, recomendaciones de programas y referencias.

Después de que Cervantes disciplina a un estudiante, siempre hay una conversación de seguimiento entre ella y el consejero del campus. “De esa manera, saben que aún reciben apoyo emocional incluso después de un error”, dijo.

También señala que la gran mayoría de la violencia armada experimentada por sus estudiantes no ocurre en los terrenos de la escuela, sino fuera de ellos. “Esa es la otra cosa con la violencia armada que no sale en las noticias”, dijo Cervantes.

“Cuando se trata de apoyo de salud mental, tenemos que mirar a toda la comunidad. Haremos todo lo que podamos en la escuela e iremos más allá para apoyar a nuestros estudiantes”, dijo Cervantes.

Loredo se siente reconfortada por los datos que dicen que las escuelas siguen siendo lugares seguros para los estudiantes a pesar de la avalancha de noticias devastadoras. Aunque las noticias recientes han afectado emocionalmente a Loredo y su familia, ella todavía cree que las escuelas son lugares seguros para los niños. “No normalicemos” los tiroteos en las escuelas, dijo.

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Marielle Argueza

About Marielle Argueza

Marielle Argueza is a reporter based on the Central Coast. She covers education, immigration and culture.