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Por Olga Rosales Salinas
Recuerdos de la infancia en nuestras ciudades natales comienzan con memorias de los primeros besos, de bullies, padres sobreextendidos y sus vidas estancadas. Por más complicadas que sean las experiencias de la infancia, a veces solamente hace falta escoger un libro maravilloso para transformar el paradigma de esos recuerdos y hacer espacio para que el amor pueda brillar.
Tuve el placer de entrevistar a Jaime Cortez sobre el lanzamiento de su colección de cuentos cortos “Gordo”. En este libro, escrito primeramente como memorias, Cortez escribe sobre las experiencias de ser inmigrante y de primera generación en la Costa Central de California de una forma que yo nunca había leído antes. No es la historia que se cuenta en los mítines políticos para ganar más votos, tampoco son las historias que cuentan los activistas en la lucha por los derechos de los indocumentados. Sin embargo, yo creo debería de serlo. Cortez ha escrito un libro lleno de historias que traen a la luz las caras sin nombre que se encuentran en la sombra de las historia convencional, solo para darles luz y amor.
Establecido en la Tierra de Steinbeck y mi pueblo natal Watsonville, Cortez nos muestra la cruda vulnerabilidad de lo que significa ser un verdadero extraño. Los temas que se tocan en este libro son las experiencias de ser indocumentado, lo que significa ser de primera generación, machismo tóxico y pobreza. Pero también habla del gozo, la familia, el ser queer y la autonomía. Estos temas se van tejiendo a través de las páginas y nuestro corazón. Decir poderoso se queda corto para el trabajo que ha realizado Cortez en su obra.
Cortez también ha escrito comedia como un medio para transformar situaciones y circunstancias. Una torre de revistas porno (en la era pre-internet) empezó una guerra entre niños y niñas– un baile entre primos y vecinos descarriados. Un hombre borracho en una silla, amarrada a la cama de una camioneta. Un personaje llamado Olga, cuyas donas estaban cubiertas de hormigas sacan lo mejor de una experiencia en comunión. Me reí más de lo que lloré.
El New York Times escribió en su reseña el superpoder de la obra de Cortez: “ En “Gordo”, Cortez asume el rol de un documentalista, representando las realidades cómicas, difíciles y sinceras de sus personajes. En donde el dolor, de alguna u otra forma, puede estar a la vuelta de la esquina, pero también lo es el gozo.”
Cortez es un escritor y artista visual de Watsonville y área de la Bahía de San Francisco. Sus obras de ficción, ensayos y dibujos han aparecido en diversas publicaciones. “Gordo” se publicó en 2021 por Grove Press, Black Cat y está preseleccionado para la medalla Andrew Carnegie en “Excelencia en Ficción”. También es necesario mencionar que ha sido elegido como “El mejor libro del año” en NPR y BookPage.
Los siguientes son fragmentos, ligeramente editados, de la entrevista de Voces de la Bahía de Monterey con Cortez:
Olga Rosales Salinas: Cuando me estaba preparando para esta entrevista me di cuenta que a menudo crucé la línea entre periodista y fan. Tendrás que perdonar los evidentes halagos.
Jaime Cortez: ¡Muchas gracias! Me pone siempre feliz conocer a lectores locales de Watsonville que reconocen la comunidad como la suya.
ORS: Vamos a quitar las preguntas difíciles del camino. ¿Cómo fue tu reacción al enterarte de la muerte de Vicente Fernández?
JC: Me desperté con varios mensajes y correos diciendo, “ya te enteraste”? Y después de estar en mis redes sociales, me di cuenta que era verdad. Vicente no era solo como Madonna o Elvis; Vicente Fernández representa a cuatro generaciones de fans de un país entero. Lo más cercano a lo que lo puedo describir es que él era lo que Bob Marley fue para Jamaica. Representaba a todo el país.
ORS: Uno de mis pasajes favoritos de tu libro describe a Vicente perfectamente. Escribiste lo siguiente: “Dios mío, Vicente es y será para siempre. Vicente cantando. Vicente cantando rancheras. Vicente cantando boleros. Vicente gritando: Ay ay ay! Vicente es el rey de los borrachos que solo están felices cuando están tristes.
JC: Sí, fue la música de Vicente la que permitió a los hombres llorar. Yo no creo que eso cambie ahora que ha muerto. Es lo mismo con el tequila. El tequila es México. Vicente es México.
ORS: Conocemos a tus personajes por primera vez como niños pequeños trabajando al lado de sus padres en campos tomateros de San Juan Bautista, y luego otra vez cuando tus personajes principales, Gordo y su familia se mudan a Watsonville. ¿Cuántos de estos lugares en tu libro son de tu propia experiencia?
JC: El libro completo es un 80% biográfico, una memoria. He cambiado nombres y cuento la historia en forma de ficción, pero los lugares y los campos en donde trabajé son reales.
ORS: Has logrado una descripción poderosa de lo que significa ser un inmigrante y trabajador agrícola en este país a través de tus cuentos cortos que transmiten una narrativa conectada. ¿Nos puedes decir cómo se convirtieron los cuentos en una novela?
JC: Bueno, al principio yo no quería escribir una novela. Empecé a escribir los cuentos cortos hace veinte años, y cuando me acerqué a mi editor comenzó a animarme a unir las historias, ¡y me alegró que lo haya hecho! Ahora es una novela.
ORS: Por la forma en que has unido estas historias, los lectores pueden brincar entre líneas de tiempo y personajes. Por ejemplo, la historia del personaje Raymundo empieza la primaria y tiempo después lo encontramos como un estilista profesional en Watsonville. En esencia, podemos ver el recorrido de toda su vida, aunque no es el mismo caso para otros personajes principales.
JC: Quería mostrar la complejidad de ser relegado a la categoría de “otro” en los pueblos pequeños. La historia de Raymundo muestra eso, pero también su historia muestra perseverancia y da una vuelta completa.
ORS: Una de mis cosas favoritas de este libro es que nunca se dicen las cosas importantes en voz alta. Por ejemplo, cuando Gordo reconoce que es diferente pero todavía no sabe por qué o cómo. Hay momentos en que piensas que se va a dar cuenta que no se siente atraído por las mujeres pero realmente no llega ese momento. ¿Podrías hablar al respecto?
JC: Considero importante subrayar que un niño, como mi personaje principal, Gordo, solamente está aprendiendo cómo funciona el mundo. Ve cosas que no entiende pero que llegará a entender algún día. El sabe que el machismo que lo rodea es extraño y también se da cuenta que la rareza no está permitida en pueblos pequeños.
ORS: Otro tema que está presente en el libro pero que no se profundiza mucho es el abuso doméstico que sufre Esperanza, la mamá de Gordo. Gordo dice esto sobre su padre: “Está un poco borracho, pero no está enojado, así que aunque mi mamá no está en casa, creo que estaré bien. Eso espero”. Esta sola oración nos cuenta toda una historia de violencia doméstica sin tener que ir a más detalles. ¿Puedes platicarnos de esta elección?
JC: En este caso, mi heroína juega un papel crucial en enseñarme a sobrevivir. Sentí que esa era la historia más poderosa que podía contar— la fuerza de mi madre. En una escena, mientras ayudaba a Delia, una vecina metida en una relación abusiva, Esperanza le da un consejo que me inquietó como autor.
ORS: Yo sé a cuál te refieres , “Escúchame. Tienes que contraatacar. A nadie le gusta pelear, pero hay que aprender a defenderse.” ¿Tengo razón?
JC: Sí. Aunque escribí esta historia en particular, precisamente como recuerdo que sucedió, tuve que decidir y cuestionarme si poner a mi mamá diciendo una cosa de ese estilo podría ser dañina. Tuve que preguntarme: ¿es un buen consejo?
ORS: Esa es una pregunta importante. ¿Son capaces de contraatacar las personas que sufren de violencia doméstica? ¿Deberían defenderse? Por ejemplo, ¿qué pasaría si el abusador tiene un arma?
JC: Exactamente. Pero al final, Esperanza o mi mamá, dijeron esas palabras exactas, y sentí que era esencial para el tiempo y el lugar de la narración. Así que decidí permanecer fiel a la experiencia.
ORS: Si toda esa historia fue real, entonces, ¿tu tío, su cochecito rojo y el regreso de Alex también lo son?
JC: Todo ello es.
ORS: Desde el lanzamiento del libro en Agosto del 2021, has tenido entrevistas con NPR, el New York Times y muchas otras. Eso debe ser mágico y abrumador.
JC: Abrumador es la palabra correcta. Todo lo que yo quería hacer era contar mis historias, y han tenido una gran respuesta. Es el sueño de todo escritor. Pero también es abrumador. Me lo estoy tomando un paso a la vez y estoy escalando mi entusiasmo poco a poco sobre las posibilidades que están llegando en el camino.
Para más información sobre Jaime Cortez, visita www.jaimecortez.org.
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