Al Capone se cortaría el pelo en Salinas Los salones de belleza pueden operar con seguridad

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Por Víctor Almazán

Uno de los males menores que la pandemia trajo fue la imposibilidad de ir a salones de belleza a cortarse el pelo, pero a males menores, remedios mayores; Fui a cortarme el pelo a un salón de belleza prohibido, un salón speakeasy.

Ante la orden de confinamiento emitida por el estado y condado de Monterey para tratar de aminorar el avance de Coronavirus-19, los salones de belleza tienen prohibido realizar actividades, so pena de recibir una multa, en algunos casos de hasta 3 mil dólares. La restricción se levantó temporalmente al entrar el condado en la fase 3 de “reapertura”, pero volvió a instaurarse al elevarse el número de contagios el 13 de julio.

En mayo, en plena vigencia del confinamiento y después de dos meses de no cortarme el pelo decidí hacerlo. Tenía las únicas dos opciones que todos los demás: cortármelo yo mismo o permitir que un familiar o acompañante de confinamiento lo hiciera. Pero después de ver en las redes sociales fotos de los resultados de este tipo de cortes, agrupados bajo el hashtag #coronacuts, amablemente decliné la oferta para hacerlo, y decidí optar por el Plan B: ir a un salón no autorizado.

Los bares speakeasy

En la era de la Prohibición prácticamente se ilegalizó el consumo de alcohol, dando lugar a la apertura, fuera de la ley, de bares llamados speakeasy. De igual modo, la orden de confinamiento en California cerró barberías y salones de belleza, pero no impidió que en el este de Salinas se abrieran lugares de trabajo — bajo estrictas medidas de anonimato — que siguieron haciendo este trabajo. Si en la Prohibición no se dejó de vender alcohol, en la cuarentena no se ha dejado de cortar el pelo.

Obviamente, la diferencia es enorme. En la Prohibición quienes ganaron fueron peligrosos criminales que vieron la oportunidad de amasar enormes cantidades de dinero comerciando con licores. Uno de ellos es bastante familiar en el área de la Bahía: Al Capone. Por cierto, de acuerdo al testimonio del también recluso Robert Victor Luke, Capone fue atacado con unas tijeras mientras le cortaban el pelo durante su estancia en la prisión de Alcatraz.

Durante la pandemia no ha habido ganadores aparentes, pero unos de los muchos grupos que claramente  han perdido han sido las trabajadoras que se han visto obligados a cerrar sus negocios.

Clave secreta y lugar indeterminado

Recordé que varias de mis alumnas de la clase de computación, que imparto en escuelas de Salinas, trabajan en salones de belleza, y decidí hablarle a una de ellas para preguntarle si estaba dispuesta a cortarme el pelo en mi casa. Estrictamente, durante la Prohibición no estaba prohibido beber alcohol, estaba prohibido producirlo, transportarlo y venderlo. Cortarse el pelo no está prohibido, lo que no está permitido es que operen los salones de belleza, pensé.

Hablé a mi alumna y me dijo que ella no estaba cortando el pelo, pero me daría el número telefónico de una persona que sí lo estaba haciendo. “Nomás chitón, ¿eh?”, me dijo. Hablé al número que me dio y una voz femenina me contestó preguntándome mi nombre y cómo había obtenido ese número. Contesté sus preguntas y me dio opciones de horarios para atenderme. Elegí el día siguiente a las 10 de la mañana. Me dijo que hablara 10 minutos antes de mi cita y me daría la dirección a la que tenía que acudir.

Al día siguiente hablé a las 9:50 de la mañana y la misma persona me dio una dirección y las características de la casa a donde tendría que ir. Me dijo el color de la puerta, “no toque el timbre, la puerta estará sin seguro, llegue y entre”. Un requisito indispensable era usar cubre-bocas. En la Prohibición, la ubicación de los bares speakeasy era secreta, y para poder entrar se tenía que murmurar o mencionar en voz baja una clave que regularmente cambiaba cada día.

Llegué a la dirección, identifiqué la casa, empujé la puerta y entré. Una mujer usando cubre-bocas, bata y cubierta para el pelo me esperaba. “¿Cómo va a ser su corte?”, me preguntó. Le di indicaciones y mientras me cortaba el pelo le pregunté si no tenía miedo de hacer eso. “Sí tengo miedo,” me contestó. “Miedo a que me descubran autoridades y miedo a que alguno de mis clientes esté infectado, pero tengo que alimentar a mi familia y pagar la renta”.

Me indicó que tenía precauciones al trabajar. Aunque no usaba guantes, al final de cada corte se lavaba las manos y desinfectaba los instrumentos de trabajo y la silla donde se sentaban los clientes. Supuse me cobraría tarifa extra dado las circunstancias del servicio, pero no. Cobró la tarifa de antes de la pandemia. Le mostré mi extrañeza y me dijo “todos tenemos que ayudarnos”. Le dejé propina esperando que los otros hicieran lo mismo.

La importancia de cortarse el pelo

Hay muchas razones del porqué cortarse el pelo es importante. Para cumplir el reglamento escolar o de trabajo, por razones de higiene o simplemente para verse o sentirse bien. Pero lo más importante de cortarse el pelo es: hacer el corte correcto. Si después de ir a un salón de belleza alguien te menciona “ah, te cortaste el pelo”, el corte está bien, lo contrario es cuando alguien te pregunta “¿Quién te cortó el pelo?”

Un buen corte de pelo puede elevar tu autoestima, un mal corte te obligará a usar gorra o sombrero por semanas. Usuarios de Twitter han señalado lo desastroso que puede ser un mal corte. Uno de ellos establece que “uno debería llamar enfermo al trabajo varios días si te cortan mal el pelo”, otro más dramático señaló que “después de un mal corte, uno siente que una parte de nosotros ha muerto por tres semanas”, exactamente lo que le pasó a Sansón después del trasquilado que le dió Dalila. Lo bueno después de un mal corte es que el pelo crece rápido. Lo malo es que seguimos en confinamiento.

Apertura parcial de salones de belleza

En el condado de Monterey los salones de belleza se mantuvieron cerrados al decretarse el periodo de confinamiento el 15 de marzo. Al pasar el condado a la fase 3 de reapertura, el condado permitió que abrieran, pero una nueva orden de emitida por el gobernador 13 de julio los volvió a cerrar. Una semana después, Newsom emitió una nueva orden que permite a salones de belleza ofrecer servicios sólo en el exterior, por lo que ahora los salones de belleza, barberias y peluquerias podrán reabrir en todo el estado.

La Mesa Directiva de Servicios de Peluquería y Cosmetología de California considera que los salones de belleza sólo deben ofrecer servicios en “establecimientos autorizados”,  por lo que no concuerda con  prestar servicios en el “exterior.  Chris Lopez,  presidente de la mesa directiva de Supervisores del Condado de Monterey, le solicita,  en carta, reconsiderar su decisión. La carta señala que los supervisores del condado “creen que los negocios pueden ofrecer servicios con seguridad en el exterior” e instan a los directivos a buscar opciones para que las trabajadoras puedan ejercer su labor.

“Estaría perfecto que pudiéramos trabajar”, me dijo por teléfono la persona que me cortó el pelo. “Tenemos que pagar facturas”.

La Prohibición terminó en 1933 y se acabaron los bares speakeasy. Aunque en la actualidad hay algunos en una versión retro actualizada. Desafortunadamente, la pandemia no va a terminar en los próximos meses, pero los salones de belleza pueden operar con seguridad, señalan las trabajadoras. Ahora que la  restricción se ha modificado, hasta Al Capone se cortaría el pelo en el este de Salinas.

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Víctor Almazán

About Víctor Almazán

Víctor Almazán nació en la Ciudad de México, ha colaborado en periódico de México y California, entre ellos The Salinas Californian, El Sol y la célebre El Andar Magazine. Vive en Salinas y le gustan la películas de vampiros. | Víctor Almazán was born in Mexico City and has contributed to publications in Mexico and California, including The Salinas Californian, El Sol and the renowned El Andar Magazine. He lives in Salinas and likes vampire movies.