Todavía puede La co-fundadora de la Unión de Campesinos, Dolores Huerta, habla del activismo en la era moderna y porque nunca abandonará la lucha

Foto: Dolores Huerta durante su entrevista por Voices en Santa Clara | Janjaap Dekker

Video (en inglés) por Janjaap Dekker

Por Julie Reynolds Martínez

A los 88, Dolores Huerta es un huracán. Siempre ha sido un huracán, un ciclón de compromiso imparable que puede soplar a través de tí y dejarte pasmado.  No sólo fue la cofundadora de la Unión de Campesinos, también ha sido organizadora, negociadora de contratos, portavoz y directora de boicots.

A través de los años, he conocido hombres que han trabajado con ella y tratado de trabajar con ella. Era demasiado para algunos. Pero en retrospectiva, creo que estos hombres — un par de ellos buenos amigos — eran machos alfa que simplemente no podían enfrentarse a la competencia. No sabían cómo lidiar — mucho menos trabajar — con una mujer tan fuerte como Huerta.

Lo más notable en Huerta es que al paso de los años su mundo no se ha cerrado como ocurre para muchos de nosotros. No pasa sus días — o su jubilación ganada a pulso — enfocada en su hogar, su salud, viajes o placer. No señora. Anda de arriba a abajo, apoyando todas las causas, expandiendo La Causa de sus orígenes en los campos en el valle central de California a los derechos para el aborto, el feminismo, derechos de las personas LGBTQ, estudios étnicos, y la conexión entre el sistema escolar y el sistema que encauza a estudiantes a las prisiones.

Cuando el documental Dolores salió el año pasado, Huerta retomo el camino, usando la película como plataforma para su agenda de derechos humanos. Ahora habla en campuses universitarios sobre el trabajo de la Fundación Dolores Huerta en el Valle Central.

Voces recibió una invitación para charlar con ella en el Colegio de Artes y Ciencias de la Universidad de Santa Clara .

La entrevista ha sido editada ligeramente.

— Julie Reynolds Martinez

JRM: Comencemos con el feminismo. Eso fue un principio muy importante para usted desde el comienzo, y usted fue una pionera en traer — en combinar — el movimiento nacional feminista con los derechos de los campesinos a nivel nacional, con los derechos de los chicanos, con los derechos de los latinos. ¿Cómo ves la combinación de estas ideas, y que te atrajo al feminismo?

DH: Bueno, mi mamá era feminista. Mi mamá era la figura dominante de nuestra familia, era una empresaria, muy activa en la comunidad. Y además de ser una empresaria, era muy caritativa, siempre involucrada en registrar a votantes y en diferentes asuntos de importancia en la comunidad. Y era una mujer muy callada, pero era una mujer muy poderosa.

Y como pequeña empresaria contrataba gente. Era patrona, entonces eso fue mi modelo. Mi mamá siempre trabajó, y entonces ví que las personas que se graduaban de la preparatoria y durante la preparatoria tenían trabajos, sabes? Así que esa es la forma en la que yo veía al mundo.

Cuando empecé a trabajar con el movimiento campesino tuve que retroceder un poquito porque la cultura era diferente. Con los campesinos tuve que, se podría decir que echarme para atrás de ser una feminista activa. Pero bueno, en realidad no había en verdad, en verdad adoptado los principios del feminismo como el derecho al aborto lo que … era una transición para mí, una transición difícil, porque soy católica.

Entender lo importante que el tema era para las mujeres y sus carreras o sus vidas fue, se podría decir, un momento de descubrimiento, algo que se puede decir está en las raíces del feminismo, que la mujeres tengan control sobre sus propios cuerpos.

JR: ¿Tuviste dificultad combinando ambos mundos — el mundo de organizar campesinos, donde éstas ideas pudieran ser foráneas, especialmente las ideas del derecho al aborto?

DH: Estaba tan enfocada en los campesinos y tratando de que todos apoyaran el boicot de la uva, en que apoyaran el empoderamiento de los campesinos, que en realidad no me enfoque mucho en el empoderamiento de la mujer.

Creo que lo di por hecho, porque hasta en el movimiento campesino siempre había mujeres que estaban al frente en las líneas de la huelga y mucho del trabajo que se estaba haciendo. Déjame decir esto: cuando estás en el movimiento las cosas están pasando tan rápido que no está analizando mucho lo que pasa hasta que el movimiento se consolida y se institucionaliza.

Entonces, una vez que se institucionalizó, me dí cuenta que “oye, espera un momento, donde están las mujeres?’ Todas las mujeres que estaban ahí en el frente y yendo a la cárcel y tomando todas esas acciones valerosas — ellas no están aquí en la administración. Y yo toleré eso por muchos años, y creo que fue el movimiento feminista el que en verdad me abrió los ojos y abrió mi mente y mi corazón, diría yo, para darme cuenta de que, ‘Espera un momento. Esto no va a funcionar.’

No es justo si no tienes el mismo número de mujeres para la toma de decisiones. Y me acuerdo que dije esto en la convención de NOW. No conocía a Eleanor Smeal en ese entonces. (Smeal es la antigua presidenta de la Organización Nacional para la Mujer, o NOW por sus siglas en inglés, y la co-fundadora de la Fundación de la Mayoría Feminista). Ni siquiera sabía quién era, pero ahí estaba y me oyó decir que cuando ves a la pantalla de televisión y ves todos esos líderes mundiales, tomando decisiones poderosa que van a afectar a mucha gente y no vemos a ninguna mujer ahí. Y que si no tienes mujeres para tomar decisiones, las decisiones que se van a tomar van a ser equivocadas.

JRM: Una propuesta de la película Dolores es que debido al machismo en el movimiento, o por cualquier razón, a tí no se te ha apreciado durante tu carrera tanto como a César Chávez y a otros líderes de otros movimientos por los derechos civiles. Pero que debiste haberlo sido. ¿Estás de acuerdo con esa evaluación?

DH: Bueno, creo que hay dos facetas en esa pregunta y en la respuesta. Y una faceta es esta: cuando estás en frente de la marcha te dan mucho crédito. Sabes, en la costa este del país, porque yo era directora del boicot de la uva, recibí mucha atención, porque César estaba en la costa oeste. La gente de la costa este ni siquiera sabía quién era César.

Mientras tanto, tienes estos campesinos que han estado en huelga año tras año. Cinco años antes de que pudiéramos ganar. Y tienes cerca de 17 millones de personas que no comían uvas. Y tienes cinco personas que dieron la vida, que fueron ajusticiadas, asesinadas durante la lucha. Y la gente no se acuerda de sus nombres.

Así que cuando piensas en los miles de gentes que se involucraron en el movimiento y piensas, ¿debería recibir el crédito, o cualquier crédito, cuando hubo tanta gente que trabajó para que esto se lograra?

Bueno, ese es un aspecto. Y por supuesto, está el otro lado también, y como me gusta contar la historia ahora, en retrospectiva, cuando comenzamos la organización, César dijo en unas de las conversaciones iniciales: ‘Mira, este, uno de nosotros debe ser el portavoz de la organización.’ Y dijo, ‘¿Te parece bien si soy yo?’ Y yo dije ‘¡Claro, César!’

Ahora, viendo esa conversación en retrospectiva con mis lentes feministas, hubiera dicho, ‘Bueno, ¿por que no eres el portavoz parte del tiempo y yo seré la portavoz la otra parte del tiempo? Pero en realidad si fui la portavoz de la organización porque con frecuencia yo estaba en la costa este, César estaba en la costa oeste, así que funcionó.

Estuve expuesta a más machismo de otros hombres en el movimiento que de César. César y yo tuvimos una relación muy buena, una relación de mucha confianza, y él me apoyó a mí y a mis ideas. No que no tuviéramos diferencias. Tuvimos conversaciones muy acaloradas sobre tácticas, seguido, pero no sobre la filosofía de la organización.

JRM: Te has adentrado en otras áreas de acción social a través de la Fundación Dolores Huerta y sus actividades. Cuáles son esas áreas que más te preocupan ahora y en las que planeas seguir trabajando a futuro?

DH: Bueno, nos estamos enfocando en cerrar la conexión entre el sistema escolar y el sistema que encauza a estudiantes a las prisiones, y sabemos que por todo California los estudiantes de color son expulsados de las escuelas para mandarlos al sistema judicial — no a la justicia, a las prisiones. Es uno de los asuntos más importantes en los que trabajamos: organizando personas en la comunidad para que puedan hablar con sus distritos escolares a ver qué tipo de justicia restitutiva tienen, o que sistemas de intervención de disciplina positiva para detener las suspensiones y expulsiones de los estudiantes de color.

También tenemos un contingente LGBT, donde tenemos organizadores LGBT para educar a nuestras comunidades sobre los derechos de la comunidad LGBT y para asegurar que hayan alianzas entre hetero y homosexuales en las escuelas, y que funciones. Así que estamos activos en diez escuelas diferentes en el Valle Central en estos temas de justicia restitutiva y sistemas de intervención de disciplina positiva.

Hemos metido demandas de representación en la mesa de supervisores. Acabamos de ganar una demanda contra la junta de supervisores del Condado de Kern por falta de representación latina. Aunque la mayoría en el Condado de Kern son latinos, sólo teníamos un latino en la junta de supervisores.

Tenemos políticos muy conservadores y reaccionarios por todo el Valle Central. También hemos notificado al Condado de Tulare, el cual está junto al Condado de Kern, que vamos a meter una demanda contra de ellos si no responden para decir que van a volver a trazar los distritos electorales para asegurar que tengamos representación Latina. Porque hay cero Latinos en la mesa directiva en el condado de Tulare.

También estamos trabajando en un asunto muy importante que ojalá esté en la boleta electoral en el 2020, y es para asegurarse que las corporaciones más grandes como Disney y Chevron paguen su parte justa de impuestos sobre la propiedad. Eso traería unos 11 mil millones de dólares de ingresos estatales para la educación.

JRM: ¿Por qué el enfoque en el Valle Central?

DH: Bueno, creo que ahí es donde hay más necesidad ahora en el estado de California. Me refiero a que, en el Área de la Bahía tienes a muchos organizadores y también tienes buenas condiciones de vida para la mayoría de la gente que vive en el norte de California. Y sabemos que se necesita hacer más trabajo en otras partes del estado, pero el Valle Central es donde se tiene la mayor necesidad ahorita, en términos de representación conservadora, el hecho de que los latinos no tiene voz. Tienes muchos de nuestra comunidad campesina que vive en esa área, y es por eso que creemos que tenemos que estar ahí, que tenemos que ayudar a la gente y organizarla para que ellos puedan enfrentarse a los problemas. Para que ellos puedan resolver los problemas en su comunidad.

JRM: ¿Qué te mantiene activa?

DH: Sabemos que se necesita mucho trabajo más por hacer. Muchas comunidades más necesitan estar organizadas, es lo que me mantiene activa. Tu ves el liderazgo que sale de cada comunidad y sabes que en todos lados donde hay problemas hay gente que puede resolver algunos de esos problemas e involucrarse. Pero tienes que hacerles saber lo que pueden hacer. Y una vez que sepan entonces — en verdad es milagroso, la forma en la que la gente se apunta y luego hace el trabajo.

JRM: ¿Alguna vez te cansas?

DH: [Se ríe] Tal vez un poquito, pero no lo suficiente para detenerme.

JRM: La película fue muy abierta para entrevistar a tus hijos sobre el tiempo que pasaste lejos de ellos debido a tu trabajo de organizadora. Me impactó — y tal vez no me dí cuenta — que no se le hicieron las mismas preguntas a César. No hicimos esas preguntas a Martin Luther King or a César sobre estar alejado de sus hijos. ¿Qué opinas de esto?

DH: Bueno, creo que una vez más es el machismo en acción, y sabes, siempre es esa diferenciación entre mujeres y hombres.

En realidad la película es un poco engañosa porque me llevaba a mis hijos casi a todos los lugares donde iba. De hecho cuando fuí a Nueva York me llevé a todos mis hijos excepto uno. Sólo deje uno y eso fue porque la mujer que la cuidaba me rogó… Pero todos mis otros hijos, cada uno de ellos fué conmigo a Nueva York. Así que la película es engañosa en ese aspecto, hace ver que los dejaba todo el tiempo.

Pero tuve que hacerlo de vez en cuando — como cuando me fuí de Stockton para ir a Delano la primera vez, dejé los dos  más chicos con unos primos y estuvieron ahí por algunos meses.

JRM: ¿Y notaste que la gente no criticaba a los líderes masculinos por las mismas cosas?

DH: Claro que no. Claro que no. Pero creo que eso habla del hecho que debemos tener educación para la niñez temprana y cuidado para nuestros hijos. Y debería ser gratis para todas las mujeres de todas las familias para que cuando salgamos a hacer nuestro trabajo cívico, que es muy necesario, sepamos que nuestros hijos estarán seguros.

JRM: En esta era de Trump — y seguramente te han preguntado esto donde quiera que vas — que le puedes decir a la gente para mantener sus espíritus y sus corazones en alto y que sigan moviéndose en una dirección positiva?

DH: Bueno, creo que como organizadora veo esto como una oportunidad increíble para organizar. Porque el racismo, la misoginia, el sexismo, la homofobia, la intolerancia son muy visibles ahora. La gente está saliendo de la nada e identificando su racismo y su sexismo, y el movimiento “Yo También” los está sacando.

Para mí es un momento increíble en nuestra historia porque todos estos problemas han existido. El racismo ha existido desde la fundación de nuestro gobierno de los Estados Unidos de América. Este país fue construido en la esclavización de afro americanos y nativo americanos… y ahora esos problemas tienen que ser solucionados. A través de nuestras vidas las mujeres hemos tenido que enfrentarnos al hostigamiento y al machismo, a la misoginia. Ahora estos problemas son tan visibles que la gente finalmente se está enfureciendo tanto y están alzando la voz y están peleando. Creo que … es lo que le llamo una revolución cultural.

Y creo que lo que vamos a ver el mismo tipo de revolución llevarse a cabo frente a nuestros ojos. Vemos la Marcha de las Mujeres, el Movimiento Yo También, las marchas de Las Vidas Negras Importan, los estudiantes de DACA, los grupos de derechos de inmigrantes que salen a marchar. Lo estamos viendo, está desplegándose frente a nuestros ojos.

Entonces, como les digo a las personas, a los estudiantes: si lamentas haberte perdido los sesentas, adivina qué, ¡ya regresamos! (se rie). Excepto que, creo que ojalá cuando hayamos terminado esta revolución por la que estamos pasando ahora — o evolución — va a ser una evolución económica. Los sesentas fueron una revolución cultural, y esta tiene que ser una revolución económica.

Es obsceno tener a todas estas familias super adineradas, corporaciones e individuos  super adinerados, y sin embargo tenemos cientos de miles de personas hacinadas en nuestra sociedad. Y las personas no pueden sobrevivir con los míseros salarios que ganan.

Lo que pasa es que la gente, la gente joven especialmente, tiene herramientas que no teníamos en los sesentas. No teniamos Facebook, no teniamos Instagram o Twitter o ningun teléfono celular o computadoras, todos estos instrumentos que tienen ahora para acelerar y movilizar e informar y educar.

Creo que vamos a ver grandes cambios en nuestro país. Vamos a tener periodos obscuros como el de ahora porque Donald Trump y los Republicanos han dado marcha atrás a muchas de las pólizas y cosas por las que luchamos muy duro por lograr.

Pero creo que vamos a lograrlo. Le llamo el salto y digo ‘Vamos a saltar por encima de todo lo negativo y muchas de esas cosas (que perdimos) regresarán.’ Cuando piensas en los jóvenes que están marchando en el movimiento para controlar armas. Ves a toda la gente joven que está luchando por DACA y los inmigrantes.

Me gusta decir que vamos a tener un tsunami moreno en nuestro país porque ves a toda esta gente joven en nuestro país que son binacionales, biculturales, educados, inteligentes, y tienen esta energía increíble.

Quiero decir que estos políticos no van a poder aguantar eso. Por que estas son gente joven. Van a estar aquí por mucho tiempo. Y ustedes los reaccionarios y las gentes que son ignorantes de cómo se construyó nuestra sociedad, y están tan arraigados en su racismo y su discriminación — no van a poder ultimadamente. Ustedes van a ser derrotados.

¡Sí se puede!

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Julie Reynolds

About Julie Reynolds

Julie Reynolds is a freelance journalist who has reported for the Center for Investigative Reporting, The Nation, NPR, PBS, The Imprint, The NewsGuild and other outlets. She is a co-founder of Voices of Monterey Bay and associate editor at The Imprint.